El Nitrógeno ofrece una presión más estable en la llanta del vehículo, debido que se contrae menos que el aire al interior de la misma, incluso con cambios extremos de temperatura, evitando así su prematura deformación, asimismo por ser un gas frío y sin humedad evita que se oxiden los rines de acero y lo más importante, evita cambios prematuros de llantas y mejora el consumo de combustible.
El uso de nitrógeno en las llantas de los vehículos se ha popularizado en los últimos años como una alternativa más eficiente al aire convencional. A diferencia del aire, que está compuesto principalmente de oxígeno y nitrógeno, el nitrógeno es un gas inerte que no reacciona fácilmente con otros compuestos. Esta característica le permite mantener una presión más estable a lo largo del tiempo, lo que es fundamental para el correcto funcionamiento de las llantas. Al mantener una presión constante, el uso de nitrógeno puede mejorar la maniobrabilidad, reducir el desgaste irregular de los neumáticos y optimizar la eficiencia del combustible, ya que unas llantas bien infladas ofrecen menos resistencia al rodaje.


Una de las principales ventajas del nitrógeno es su capacidad para mantener la presión de las llantas durante un período más largo que el aire comprimido tradicional. El nitrógeno tiene moléculas más grandes que el oxígeno, lo que dificulta su fuga a través de las paredes de los neumáticos. Esto significa que, con nitrógeno, las llantas pierden menos presión con el tiempo, lo que reduce la necesidad de revisarlas y ajustarlas constantemente. Además, el nitrógeno no contiene vapor de agua, lo que evita la corrosión interna de las llantas y las ruedas, una preocupación común cuando se utiliza aire comprimido, que puede contener humedad.
Aunque el uso de nitrógeno en las llantas ofrece múltiples beneficios, es importante destacar que su aplicación puede ser más relevante para vehículos de alto rendimiento, automóviles deportivos, y flotas comerciales, donde el control preciso de la presión de las llantas es crucial para maximizar la seguridad y el rendimiento. Para el conductor promedio, los beneficios pueden ser menos notorios, aunque la estabilidad de presión y la durabilidad adicional son ventajas que no deben pasarse por alto. Para aquellos que deciden llenar sus llantas con nitrógeno, es importante recordar que aunque no es estrictamente necesario seguir utilizando nitrógeno exclusivamente, es recomendable mantener las llantas con el mismo tipo de gas una vez que se haya comenzado a utilizarlo.